Bahía Blanca 26 de agosto 2009
El reciente fallecimiento de la empresaria y directora del diario La Nueva Provincia, deja al descubierto la impunidad de la que gozan cientos de genocidas y civiles que actuaron durante la última dictadura militar.
La familia Massot representa un caso emblemático, de los cientos que hay en Argentina, de colaboración entre empresarios y genocidas. La noche del 24 de marzo de 1976, Diana Julio y Vicente Massot desfilaron eufóricos con una bandera argentina alrededor de la rotativa diciendo “¿A que no se animan a hacer huelga ahora?”, desafiando a uno de los gremialistas, mientras su hijo le pateaba la bicicleta, comenta el obrero grafico Molina.
Fue bajo su dirección, cuando son secuestrados, torturados y asesinados los delegados gremiales Heinrich y Loyola. Ella los había acusado de formar un “sóviet” por el hecho de reclamar por sus derechos laborales. Este clásico argumento lo utilizó también para expulsar a 17 trabajadores que no tenían fueros gremiales.
A pesar de las sobradas pruebas que la incriminan directamente, esta empresa goza de total impunidad. En Bahía Blanca no hay ningún militar y mucho menos civiles entre rejas. Lamentablemente, la biología hace más que la justicia en materia de Derechos Humanos.
Convertido desde sus orígenes en vocero de los militares, La Nueva Provincia aún hoy sigue reivindicando el genocidio más grande de nuestra historia. Es común leer en sus editoriales el apoyo al golpe en Honduras y el repudio a toda lucha de los trabajadores acusándonos con las mismas palabras que en 1976, por ejemplo de “boicot sindical”, “violentos” y “ladrones”.
Su muerte se da con el fondo de la crisis mundial capiatalista y con la entradra en escena de la clase trabajadora. Cuando los obreros y obreras de Terrabusi, como fueron los del Polo Petriquímico y los docentes entre otros, retoman las banderas de la lucha y la organización. Aquellas mismas que levantaron Heinrich y Loyola.
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A propósito de la crisis del agua...
Agua para los capitalistas y sequía para la población
(Publicado en www.ptsbahia.blogspot.com el 23/08/09)
La Laguna Paso de las Piedras, embalse de agua dulce que alimenta a la ciudad de Bahía Blanca y Punta Alta, llegó a la cota más baja de los últimos 15 años. Los anuncios hablan de que en 2010 la ciudad se quedaría sin esta provision de agua. Hasta el Ministro De Vido salió a hablar de esta situación, esquivando el bulto de las reponsabilidades de los gobiernos nacional, provincial y municipal. Y mientras hay noticias de que en barrios se está restringiendo el consumo, y la tarifa en muchos casos ha tenido un aumento de más del 50%, tanto ABSA, el gobierno y las grandes empresas del polo, que son los mayores consumidores de ese agua, acuerdan en la "Mesa del Agua" de que hay que hacer una "campaña de concientizacion" para el racionamiento en la provision domiciliaria. Unos verdaderos caraduras. Más allá de la resolución coyuntural de buscar aguas en capas subterráneas y proyectar las obras para recibir agua del Río Colorado, se abrió la caja de pandora en la región. Si hasta hace poco era la destrucción de la flora y fauna de la ría la que dejaba sin trabajo a los pescadores artesanales, subproducto de la actividad del puerto de gran calado y el polo petroquímico; hoy es por el gran consumo de estas empresas multinacionales que peligra la provision de agua potable para la poblacion.
Aguas privatizadas...
En esta zona se habla de una sequía, que si bien es normal para una región con años de buenas y malas por su clima particular, la misma parece pronunciarse más de lo esperado. Más allá del grado de verdad en esto, sobre este panorama se monta un sentido común generado por los medios de comunicación ligado a los grupos de poder económico, de que es “un fenómeno particular, una sequía histórica”; siendo la misma el causante de la falta de provision de agua en la ciudad.
Si tomamos esta cuestion en general, frente a la crisis climática del planeta, la realidad es que tanto los padecimientos por la excesiva humedad como por la falta de lluvias en diferentes regiones del planeta se deben no ya a la naturaleza, sino a la acción del sistema capitalista. La propia producción industrial desenfrenada es la responsable de emitir más gases a nuestra atmósfera. Los niveles de CO2 y otros gases siguen subiendo, concentrándose en nuestra atmósfera. Esto es lo que produce el llamado “efecto invernadero” que hace elevar las temperaturas del globo cada vez más, con su consecuente desajuste de todos los procesos naturales de los diversos ecosistemas. Como lo diría Karl Marx en el Manifiesto Comunista “toda esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir como por encanto tan potentes medios de producción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros”. Esto demuesra la farsa de las empresas como Profertil y todas las del Polo Petroquímico, que gastan fortunas con sus anuncios sobre cómo "preservar el medio ambiente", mientras siguen contaminando y consumiendo todos los recursos naturales impresciendibles, en invierno nos dejan sin gas, en verano sin agua.
En una investigación profesional sobre el uso del agua en la región[2] se analiza que para el año 1997 el consumo de agua del Dique Paso Piedras por parte de las industrias de la región, “con epicentro en el polo petroquímico (…) consumía aproximadamente el 14% (…) pero se calculaba un aumento de este porcentaje para los próximos años debido al establecimiento de nuevas empresas y a la ampliación de las ya existentes…”. Según se calcula, luego de esa fecha, con la radicación de MEGA y Profertil el consumo, comparado con el consumo domiciliario, llegaría aproximadamente al 30%. Gran parte de la infraestructura para la provisión del agua está pensada para abastecer a estos pulpos de la industria.
Fue con Azurix en tiempos de Linares y De la Rúa que se llegó a un punto culminante: el Ministerio de Salud salió a decir que el agua no servía “ni para lavar los platos”. Los pobladores de Bahía debían comprar el agua, o hacer colas inmensas en los viejos surgentes para acceder a agua potable. Las movilizaciones contra la empresa eran cada vez más numerosas. Actualmente el problema ya no es el agua con algas, sino esta famosa “sequía”. Lo que esconde esto es que desde 1997, rubricado en 2007, las empresas tienen la prioridad en el abastecimiento del agua. Inclusive llega al colmo de que ABSA, la empresa que reemplazó Azurix, cobra más barato el metro cubico a las empresas cuanto más consumen. El reino del revés: a la población cuanto más uso domiciliario más cara la tarifa por unidad. La desinversión, la falta de obras, la desidia tanto de Azurix, como de ABSA y las grandes corporaciones industriales: esa es la verdadera "crisis del agua", y tanto Breitenstein como Linares en su momento nos demuestran una vez más que sus "entes regulatorios" como el ORAB, o las mesas de planificacion son una fachada que legaliza la desidia de las empresas.
Una salida en base a las necesidades populares
Las ansias de producción y lucro capitalista no sólo destruye el medio ambiente, sino que también incluye una mayor explotación de los trabajadores y una mayor pauperización de las condiciones de vida del conjunto del pueblo pobre. Los dueños de los bancos, de las industrias y las tierras sólo seguirán extrayendo de la naturaleza todos los recursos, sin importar si contamina, si genera problemas estructurales a futuro, si no son renovalbes. Y los gobiernos capitalistas no solucionarán ningún problema estructural. Ya lo vimos con el gobierno de Kirchner, quien favoreciendo la extraccion sin exploración del gas por parte de la Repsol y los empresarios nacionales como el grupo de los Bulgheroni de PAE, nos dejaron sin gas otro invierno más. Eso sí, importan gas licuado con el Excelsior, pagándolo nosotros con los tarirfazos. Solo faltaría que vengan buques "aguateros". Sea con K o con la oposición sojera no hay planificación que valga cuando se trata de elevar a más no poder las ganancias de los capitalistas, porque lo que reina en sus objetivos es la producción para su bolsillo y no para las necesidades populares.
La única respuesta realista frente al problema del agua es acabar con la desidia de las empresas. Extraer el agua de los pozos en las cercanías de Cabildo es un parche por meses, y tampoco solucionaría el consumo para la poblacion y las industrias. Se debe terminar con las exensiones impositivas y subsidios a las empresas del polo, y que sea en base a un impuesto progresivo a éstas que se financie un plan de obras públicas bajo control de los propios trabajadores, contruyendo así la infraestructura necesaria para traer el agua del Río Colorado. Esta sería la salida de largo plazo para el problema del agua, pagándola los que son responsables del mayor consumo. A su vez debe nacionalizarse ABSA, sin indemnización alguna, y que sean sus propios trabajadores junto a comités de usuarios en cada barrio los que la pongan a funcionar dando prioridad de consumo, siempre, a la población con sus necesidades en sus vivienas, escuelas, hospitales, etc. Solo el pueblo trabajador está verdaderamente necesitado de todos los recursos y de una relación armónica con la naturaleza.
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[1] El propio Manifiesto Comunista denunciaba (Manifiesto Comunista)
[2] “Inversiones extranjeras y servicios públicos: problemas y conflictos” Silvia Grippo y Stella Visciarelli
El reciente fallecimiento de la empresaria y directora del diario La Nueva Provincia, deja al descubierto la impunidad de la que gozan cientos de genocidas y civiles que actuaron durante la última dictadura militar.
La familia Massot representa un caso emblemático, de los cientos que hay en Argentina, de colaboración entre empresarios y genocidas. La noche del 24 de marzo de 1976, Diana Julio y Vicente Massot desfilaron eufóricos con una bandera argentina alrededor de la rotativa diciendo “¿A que no se animan a hacer huelga ahora?”, desafiando a uno de los gremialistas, mientras su hijo le pateaba la bicicleta, comenta el obrero grafico Molina.
Fue bajo su dirección, cuando son secuestrados, torturados y asesinados los delegados gremiales Heinrich y Loyola. Ella los había acusado de formar un “sóviet” por el hecho de reclamar por sus derechos laborales. Este clásico argumento lo utilizó también para expulsar a 17 trabajadores que no tenían fueros gremiales.
A pesar de las sobradas pruebas que la incriminan directamente, esta empresa goza de total impunidad. En Bahía Blanca no hay ningún militar y mucho menos civiles entre rejas. Lamentablemente, la biología hace más que la justicia en materia de Derechos Humanos.
Convertido desde sus orígenes en vocero de los militares, La Nueva Provincia aún hoy sigue reivindicando el genocidio más grande de nuestra historia. Es común leer en sus editoriales el apoyo al golpe en Honduras y el repudio a toda lucha de los trabajadores acusándonos con las mismas palabras que en 1976, por ejemplo de “boicot sindical”, “violentos” y “ladrones”.
Su muerte se da con el fondo de la crisis mundial capiatalista y con la entradra en escena de la clase trabajadora. Cuando los obreros y obreras de Terrabusi, como fueron los del Polo Petriquímico y los docentes entre otros, retoman las banderas de la lucha y la organización. Aquellas mismas que levantaron Heinrich y Loyola.
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A propósito de la crisis del agua...
Agua para los capitalistas y sequía para la población
(Publicado en www.ptsbahia.blogspot.com el 23/08/09)
La Laguna Paso de las Piedras, embalse de agua dulce que alimenta a la ciudad de Bahía Blanca y Punta Alta, llegó a la cota más baja de los últimos 15 años. Los anuncios hablan de que en 2010 la ciudad se quedaría sin esta provision de agua. Hasta el Ministro De Vido salió a hablar de esta situación, esquivando el bulto de las reponsabilidades de los gobiernos nacional, provincial y municipal. Y mientras hay noticias de que en barrios se está restringiendo el consumo, y la tarifa en muchos casos ha tenido un aumento de más del 50%, tanto ABSA, el gobierno y las grandes empresas del polo, que son los mayores consumidores de ese agua, acuerdan en la "Mesa del Agua" de que hay que hacer una "campaña de concientizacion" para el racionamiento en la provision domiciliaria. Unos verdaderos caraduras. Más allá de la resolución coyuntural de buscar aguas en capas subterráneas y proyectar las obras para recibir agua del Río Colorado, se abrió la caja de pandora en la región. Si hasta hace poco era la destrucción de la flora y fauna de la ría la que dejaba sin trabajo a los pescadores artesanales, subproducto de la actividad del puerto de gran calado y el polo petroquímico; hoy es por el gran consumo de estas empresas multinacionales que peligra la provision de agua potable para la poblacion.
Aguas privatizadas...
En esta zona se habla de una sequía, que si bien es normal para una región con años de buenas y malas por su clima particular, la misma parece pronunciarse más de lo esperado. Más allá del grado de verdad en esto, sobre este panorama se monta un sentido común generado por los medios de comunicación ligado a los grupos de poder económico, de que es “un fenómeno particular, una sequía histórica”; siendo la misma el causante de la falta de provision de agua en la ciudad.
Si tomamos esta cuestion en general, frente a la crisis climática del planeta, la realidad es que tanto los padecimientos por la excesiva humedad como por la falta de lluvias en diferentes regiones del planeta se deben no ya a la naturaleza, sino a la acción del sistema capitalista. La propia producción industrial desenfrenada es la responsable de emitir más gases a nuestra atmósfera. Los niveles de CO2 y otros gases siguen subiendo, concentrándose en nuestra atmósfera. Esto es lo que produce el llamado “efecto invernadero” que hace elevar las temperaturas del globo cada vez más, con su consecuente desajuste de todos los procesos naturales de los diversos ecosistemas. Como lo diría Karl Marx en el Manifiesto Comunista “toda esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir como por encanto tan potentes medios de producción y de cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros”. Esto demuesra la farsa de las empresas como Profertil y todas las del Polo Petroquímico, que gastan fortunas con sus anuncios sobre cómo "preservar el medio ambiente", mientras siguen contaminando y consumiendo todos los recursos naturales impresciendibles, en invierno nos dejan sin gas, en verano sin agua.
En una investigación profesional sobre el uso del agua en la región[2] se analiza que para el año 1997 el consumo de agua del Dique Paso Piedras por parte de las industrias de la región, “con epicentro en el polo petroquímico (…) consumía aproximadamente el 14% (…) pero se calculaba un aumento de este porcentaje para los próximos años debido al establecimiento de nuevas empresas y a la ampliación de las ya existentes…”. Según se calcula, luego de esa fecha, con la radicación de MEGA y Profertil el consumo, comparado con el consumo domiciliario, llegaría aproximadamente al 30%. Gran parte de la infraestructura para la provisión del agua está pensada para abastecer a estos pulpos de la industria.
Fue con Azurix en tiempos de Linares y De la Rúa que se llegó a un punto culminante: el Ministerio de Salud salió a decir que el agua no servía “ni para lavar los platos”. Los pobladores de Bahía debían comprar el agua, o hacer colas inmensas en los viejos surgentes para acceder a agua potable. Las movilizaciones contra la empresa eran cada vez más numerosas. Actualmente el problema ya no es el agua con algas, sino esta famosa “sequía”. Lo que esconde esto es que desde 1997, rubricado en 2007, las empresas tienen la prioridad en el abastecimiento del agua. Inclusive llega al colmo de que ABSA, la empresa que reemplazó Azurix, cobra más barato el metro cubico a las empresas cuanto más consumen. El reino del revés: a la población cuanto más uso domiciliario más cara la tarifa por unidad. La desinversión, la falta de obras, la desidia tanto de Azurix, como de ABSA y las grandes corporaciones industriales: esa es la verdadera "crisis del agua", y tanto Breitenstein como Linares en su momento nos demuestran una vez más que sus "entes regulatorios" como el ORAB, o las mesas de planificacion son una fachada que legaliza la desidia de las empresas.
Una salida en base a las necesidades populares
Las ansias de producción y lucro capitalista no sólo destruye el medio ambiente, sino que también incluye una mayor explotación de los trabajadores y una mayor pauperización de las condiciones de vida del conjunto del pueblo pobre. Los dueños de los bancos, de las industrias y las tierras sólo seguirán extrayendo de la naturaleza todos los recursos, sin importar si contamina, si genera problemas estructurales a futuro, si no son renovalbes. Y los gobiernos capitalistas no solucionarán ningún problema estructural. Ya lo vimos con el gobierno de Kirchner, quien favoreciendo la extraccion sin exploración del gas por parte de la Repsol y los empresarios nacionales como el grupo de los Bulgheroni de PAE, nos dejaron sin gas otro invierno más. Eso sí, importan gas licuado con el Excelsior, pagándolo nosotros con los tarirfazos. Solo faltaría que vengan buques "aguateros". Sea con K o con la oposición sojera no hay planificación que valga cuando se trata de elevar a más no poder las ganancias de los capitalistas, porque lo que reina en sus objetivos es la producción para su bolsillo y no para las necesidades populares.
La única respuesta realista frente al problema del agua es acabar con la desidia de las empresas. Extraer el agua de los pozos en las cercanías de Cabildo es un parche por meses, y tampoco solucionaría el consumo para la poblacion y las industrias. Se debe terminar con las exensiones impositivas y subsidios a las empresas del polo, y que sea en base a un impuesto progresivo a éstas que se financie un plan de obras públicas bajo control de los propios trabajadores, contruyendo así la infraestructura necesaria para traer el agua del Río Colorado. Esta sería la salida de largo plazo para el problema del agua, pagándola los que son responsables del mayor consumo. A su vez debe nacionalizarse ABSA, sin indemnización alguna, y que sean sus propios trabajadores junto a comités de usuarios en cada barrio los que la pongan a funcionar dando prioridad de consumo, siempre, a la población con sus necesidades en sus vivienas, escuelas, hospitales, etc. Solo el pueblo trabajador está verdaderamente necesitado de todos los recursos y de una relación armónica con la naturaleza.
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[1] El propio Manifiesto Comunista denunciaba (Manifiesto Comunista)
[2] “Inversiones extranjeras y servicios públicos: problemas y conflictos” Silvia Grippo y Stella Visciarelli